Juan Pablo Pereyra, querido por toda una generación de “decanos”, se encuentra de visita en Tucumán y, por supuesto, aprovechó para visitar el complejo de Atlético Tucumán, donde aún tiene varios amigos.
“Flaco” fue uno de los pilares en aquel Atlético campeón de la B Nacional 2008/09 y también fue referente en la primera experiencia de Atlético en la elite del fútbol argentino. Pese al paso del tiempo, el delantero tiene muy presente los recuerdos de esos momentos que llevaron a Atlético a ser una parte esencial de su vida.
En diálogo con LA GACETA, el jugador que fue citado por Diego Maradona a la Selección, respondió algunas preguntas referidas a su pasado, a su presente y su futuro.
- ¿Hubo reencuentro con viejos amigos?
- Ya quedan pocos. Cada vez son menos, el fútbol y la vida es así. Estas son las cosas lindas que te deja la profesión. Por suerte la gente de la utilería y los masajistas siguen siendo los mismos. También estuve charlando con Cristian (Lucchetti), con Guillermo Acosta, con Bruno Bianchi y con algunos otros con los que no jugué, pero que nos habíamos enfrentado en varias ocasiones. Ellos son más chicos que yo y por eso todavía siguen vigentes en el fútbol.
- ¿Venís seguido a Tucumán?
- Estuve hace tres meses. Ahora volví porque estoy con una empresa de representación (Soccer Elite), y tenemos varios chicos que están dando sus primeros pasos en las inferiores del club. Vine a acompañarlos, para darle contención, y aproveché para saludar a los amigos que todavía quedan en este querida institución.
- ¿Cómo es tu vida después del fútbol?
- Me retiré a los 36, y puedo decir que el día a día es difícil. Esto que pasó recién, de quedarme en la cancha a charlar después del entrenamiento, es hermoso. Eso extraño muchísimo. El fútbol es el trabajo más lindo que hay, pero cuando lo dejás, tenés que buscar cómo llenar ese vacío que es enorme con cosas ligadas al fútbol.
- ¿Cómo se llena ese espacio?
- Tengo hecho el curso de técnico; me capacité bien y eso me mantuvo la cabeza ocupada durante mucho tiempo. Ahora estoy enfocado en la representación; me gusta mucho trabajar con los chicos y poder transmitir experiencias, ayudarlos a mejorar. También me ocupo en buscar talentos.
- ¿Con qué Atlético te encontraste?
- El club creció muchísimo. Estaba hablando de eso con los chicos. Antes era como que se hacía todo a pulmón; ahora es un club modelo que está establecido en Primera y eso ayuda al crecimiento. El momento de las copas internacionales fue importante; ahora Atlético es un equipo de Primera. Siempre fue grande, pero ahora también es reconocido. El crecimiento está a la vista; tanto el estadio como el complejo, no tienen comparación con lo que eran antes. Yo no puedo creer que este espacio sea el mismo en el que entrenábamos nosotros.
- ¿Te quedás a ver el partido contra Huracán?
- Sí; voy a ir a la cancha. Quiero alentar a los chicos, y por eso voy a quedarme unos días más. Mañana estaré en el entrenamiento molestando a los amigos. Ojalá que Atlético pueda ganar y volver al plano internacional.
- ¿Qué sentís por el “decano”?
- Estoy muy agradecido a Atlético; al cariño que me da la gente. Siempre lo sigo y ahora puedo aportar trayendo algunos talentos. Es la manera de colaborar y de tratar de devolver después de todo lo que me dio.
- ¿Cómo se cultivó tu amor por el club?
- Todo va de la mano. Los resultados deportivos fueron buenos, pero la gente me trató siempre bien. Lo de la Selección fue la ‘frutillita’ del postre. Todo el mundo pensaba que yo era tucumano; en Estudiantes pensaban eso. Atlético es un club que me marcó para siempre, le tengo mucho cariño.
- ¿Qué recordás de ese Atlético en Primera?
- Ese fue un año difícil. Teníamos buenos jugadores y creo que en esa temporada fuimos claramente perjudicados. Hoy el club está más protegido en ese sentido. Fue extraño porque fueron muchos fallos que nos quitaron la posibilidad de sumar 15 o 16 puntos más.
- Pero casi no vas a la Selección de Maradona…
- Uff. Fue tremendo. Por dentro decía no puedo tener tanta mala suerte. Me citaron y me fracturé contra San Lorenzo. Gracias a Dios me volvieron a citar, pero fue una pena que no compartimos la concentración con Pulga. Que hayamos estado juntos hubiese sido muy lindo para la institución.
- ¿Cómo fue conocer a Maradona?
- Un sueño porque Diego es Dios. Soy “Maradoneano” desde los cinco años. Me crié con toda la familia amándolo; ahora peleo con mi hijo porque él dice que el mejor es Messi. Compartimos varios días con Diego; para mí fue un sueño haber sido citado a la selección y encima con Diego. Fue lo máximo porque yo soy de Santa Fe, pero del interior, y nunca pude ir a Buenos Aires a ver un partido de él. Por eso, conocerlo personalmente fue lo mejor que me pasó, Diego es el más grande de todos los tiempos.